“Vamos a recorrer un camino muy largo.”
A finales de octubre, Jim Farley, CEO de Ford, una empresa automovilística mundial, describió la realidad de toda la industria de la conducción autónoma con las palabras anteriores tras la decisión de cerrar ‘Argo AI’, un proyecto en el que habían invertido casi 1.000 millones de dólares durante los últimos seis años. Argo AI era una empresa importante y respetada que había ganado renombre en el sector por su enfoque seguro de los proyectos arriesgados, como la prueba de robots en vías públicas de al menos 8 ciudades de Estados Unidos y Alemania. Por ello, la decisión repentina de despedir a 2.000 empleados resultó aún más impactante.
Ford, que ha decidido integrar a algunos de estos ingenieros y técnicos a su plantilla, afirma que se centrará en una apuesta tecnológica clara por la automatización de la "asistencia al conductor" de nivel 2 y 3 de conducción autónoma. Con el cambio de objetivo a la tecnología que se puede vender a los compradores de automóviles actuales,la ejecución de una estrategia que divide el proceso hacia la conducción autónoma hasta que los consumidores y la sociedad estén más preparadosse presenta como la mejor opción para los resultados futuros de la empresa y para calmar la inquietud de los inversores.
Además, se ha cuestionado la legalidad de la tecnología de conducción autónoma en el sector. Tesla está siendo investigada penalmente por el Departamento de Justicia de Estados Unidos por promocionar una actualización denominada ‘conducción autónoma total’, a pesar de recomendar a los conductores que mantengan las manos en el volante. El hecho de que los usuarios compartan consejos sobre cómo colocar una botella de agua en el volante para poder dormir mientras confían en la función FSD (conducción autónoma total) hace que la preocupación del Departamento de Justicia se convierta en una realidad.
Para la gente, los coches autónomos se perciben como una forma de liberarse de la conducción y poder hacer otras cosas. Es evidente que esta es una esfera en la que la tecnología actual no puede incursionar todavía. Por lo tanto, la dirección que deben tomar las preguntas futuras del sector no se centra en la perfección tecnológica del sistema, sino enel significado que le atribuyen los humanosa la misma. Es decir, el significado de la automatización no radica simplemente en el traslado de la función humana a una máquina, sino en la sutil reconstrucción del conjunto de actividades y en el cambio de significado de la conducción para las personas que participan o interactúan con ella.
Por supuesto, la evolución de la tecnología siempre se encuentra en la encrucijada entre el progreso y las necesidades de la realidad. Es habitual que los sistemas sociales y jurídicos reaccionen con un paso de retraso respecto a la tecnología. Los ingenieros se enfrentan a esta disyuntiva a diario. Sin embargo, precisamente por ello, antes de invertir en la tecnología, es necesario plantearse la siguiente pregunta:“¿Para qué sirve realmente esta tecnología?”
Transportation Technology Services (TTS), con sede en Beaverton, Oregón, ha creado un producto llamado Personal Signal Assistant, una plataforma que permite a los vehículos comunicarse con las señales de tráfico. Este sistema, que actualmente funciona en 26 ciudades de Norteamérica y dos de Europa, ha demostrado reducir considerablemente el estrés de los conductores al permitirles ver el tiempo restante para el cambio de luz roja a verde.
Thomas Bauer, CEO de TTS, que trabaja con Audi, Lamborghini, Bentley y unos pocos clientes empresariales, explica que su producto es muy eficaz para mejorar la experiencia de conducción tanto antes como después de la culminación de la tecnología de conducción autónoma total. Sin embargo, a pesar de ello,su tecnología todavía no prescinde de la presencia y la función del conductor, por lo que no logra atraer el gran interés de los inversores comenta.
¿Las actuales inversiones en tecnología de conducción autónoma total ofrecen realmente la autonomía que esperan los conductores? ¿Qué esperan y qué renuncian a obtener los conductores como probadores voluntarios en el proceso de perfeccionamiento de la tecnología? Si la tecnología de conducción autónoma total llega a completarse, ¿se confirmará que la gente realmente la deseaba?
Si se introducen términos como blockchain, metaverso y otras tecnologías relacionadas con la IA en el buscador de Google, se obtienen conjuntos de imágenes bastante similares. En cierto modo, esto se debe a que muchas de las empresas que desarrollan estas tecnologías realmente se sienten confundidas a la hora de determinar la forma más significativa de aplicarlas a la vida de las personas. En este tipo de situaciones, un enfoque de observación centrado en la realidad que esté libre de hipótesis preconcebidas y que considere el panorama general para identificar aquello que realmente importa a las personas, los problemas reales que puede resolver la tecnología relacionada y los fenómenos que se pueden entender resulta ser eficaz.
“¿Cómo pueden los coches autónomos establecer una relación de ayuda con el conductor?” La consultora ReD Associates, que se especializa en la resolución de problemas centrados en fenómenos, propuso en 2019 los tres principios universales siguientes como respuesta a la pregunta anterior, y el sector debería tenerlos en cuenta.
En primer lugar, no es necesario automatizar todas las tareas. Las personas consideran que la autonomía es más importante en las tareas estratégicas y relacionadas con la identidad de mayor nivel. Por ejemplo, en lugar de una tecnología que sustituya la divertida función del padre que organiza un viaje familiar, se espera que la automatización se encargue de buscar una plaza de aparcamiento en el lugar de destino.
En segundo lugar, la automatización siempre debe basarse en la sensación de que las personas pueden supervisar y controlar la situación en su conjunto. Los conductores que prueban la función de conducción autónoma total de Tesla experimentan una sensación de asombro y, al mismo tiempo, de tensión al tener que sujetar el volante en todo momento.
Según un estudio publicado en 2018 por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Kempten, los viajes realizados en vehículos con tecnología de conducción autónoma generan más estrés en los conductores y pasajeros que los realizados en vehículos convencionales. Esto se debe principalmente a la extraña sensación de ceder el control de un vehículo de alta velocidad a una máquina, así como a la persistencia de fallos del sistema en determinadas situaciones. Esta inquietud por la pérdida de control, relacionada con la confusión modal (Mode confusion) que provoca la confusión cognitiva entre los modos automático y manual en los vuelos, tiende a generar respuestas negativas en las personas ante la automatización.
En tercer lugar, la interfaz del sistema automatizado debe dejar claras las limitaciones de su funcionalidad. Las personas suelen gritar o ignorar las indicaciones de Alexa, Siri o el sistema de navegación del vehículo. Las interfaces personificadas generan confusión sobre la funcionalidad y las limitaciones de la tecnología, por lo que las personas prefieren dar instrucciones a una interfaz limitada pero clara, al igual que harían con su perro, ya que conocen la formación y el comportamiento de este.
El espacio del automóvil, en el que ya no es necesario conducir, brindará sin duda la oportunidad de ofrecer una experiencia completamente diferente a las personas. La disposición de los asientos ya no tendrá que estar orientada hacia delante, lo que provocará inversiones innovadoras en los procesos de fabricación de automóviles, o los contratos de colaboración entre los fabricantes de automóviles y las empresas de OTT para la oferta de contenidos multimedia dentro del vehículo se intensificarán.
Sin embargo, también estamos comprobando que la promesa de los coches autónomos, que en un principio estaba llena de optimismo, no puede resolver mágicamente el problema de los más de 1,3 millones de muertes en carretera que se producen cada año en todo el mundo. Por ello, el tema central del presente y el futuro del desarrollo de la tecnología de conducción autónoma sigue estando más cerca de "el conductor asistido por el coche" que de "el coche que integra al ser humano".
*Este artículo es la versión original del contenido publicado el 13 de diciembre de 2022 enla columna firmada de Electronic News.
Referencias
Comentarios0