Byungchae Ryan Son

Confía en el cuerpo humano

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Creado: 2024-05-10

Creado: 2024-05-10 14:48

Google anunció el 3 de mayo la adopción de la tecnología 'passkeys' (claves de acceso), que permite iniciar sesión fácilmente en aplicaciones o sitios web sin necesidad de introducir una contraseña. La autenticación basada en contraseñas se ha utilizado como estándar durante décadas, pero presenta un grave problema de seguridad, ya que los atacantes pueden robar las contraseñas de los usuarios o engañarlos para que las proporcionen a través de ataques de phishing. El sistema de passkeys contrarresta esto al permitir el acceso a claves cifradas almacenadas en el dispositivo mediante el reconocimiento facial, la huella dactilar o el PIN de bloqueo de pantalla, lo que facilita la autenticación de la cuenta. Por ello, a menudo se describe como el 'fin de la era de las contraseñas'.


Sin embargo, el hecho de que esta tecnología se aplique a 4.300 millones de usuarios de Google en todo el mundo (datos de 2021) no se limita a un simple avance en la ciberseguridad. También es significativo como un catalizador para un cambio de paradigma a gran escala y la aceleración de la aplicación práctica del 'cuerpo humano' como herramienta de autenticación digital. La integración de las características físicas únicas de una persona en la gestión de datos es un logro tecnológico, pero también debemos tener en cuenta que la materialidad física de una persona se convierte en un símbolo digital, lo que sienta las bases para la generación de un poder que permite un control indiscriminado de las personas en el mundo real.


En diciembre del año pasado, una mujer iraní que trabajaba en un parque de atracciones cubierto fue despedida de su puesto y se inició una investigación por parte de la fiscalía después de que una foto de ella sin hiyab se difundiera en las redes sociales. Un funcionario de una agencia gubernamental iraní declaró a los medios locales que podían identificar a individuos y multarlos o arrestarlos para 'identificar movimientos inadecuados o anormales' utilizando la base de datos nacional de identidades y la tecnología de reconocimiento facial. Stephen Feldstein, exexperto en vigilancia del Departamento de Estado de EE. UU., afirmó en su libro 'El auge de la represión digital' que, tras ocho años de investigación en 179 países, se descubrió que 61 países utilizaban la tecnología de reconocimiento facial, más que cualquier otra tecnología de vigilancia digital.


Por lo tanto, en el futuro, es necesario plantear interrogantes sobre el valor de las tecnologías futuras que buscan controlar directamente el cuerpo humano desde dos perspectivas. En primer lugar, ¿cómo podemos mejorar y ampliar las capacidades individuales? En segundo lugar, en el contexto más amplio de la globalización, la digitalización y la sociedad del hipercapitalismo, ¿cómo puede cambiar el significado del cuerpo humano?


Irónicamente, el único criterio que puede responder a estas preguntas es la 'singularidad del cuerpo humano'. La capacidad sensorial del cuerpo permite a las personas percibir y adaptarse al mundo de forma holística a través de la exposición a nuevas situaciones y la repetición de situaciones similares, desarrollando así adaptabilidad y conocimiento. La frase del filósofo Polanyi, 'Sabemos más de lo que podemos decir', confirma que el conocimiento humano no sólo es inconmensurable, sino que también es dinámico y contextual, algo que las máquinas no pueden comprender.


Los humanos experimentan la felicidad al decidir sonreír incluso en situaciones sombrías, y alivian su ansiedad al moverse y caminar. El aprendizaje a través del cuerpo proporciona experiencias intensas que trascienden la imaginación o la cognición, lo que influye en la percepción y la actitud de las personas. El ingeniero robótico estadounidense Hans Moravec reconoció la paradoja de que, aunque las computadoras pueden vencer a los humanos en el ajedrez o analizar datos más rápido que los mejores matemáticos, la tecnología robótica aún no se acerca a la capacidad humana en habilidades relativamente básicas como la 'percepción' y la 'manipulación manual'.


El cuerpo humano está cada vez más inmerso en el ámbito de los datos. Como declararon la filósofa de la ciencia Donna Haraway y otros teóricos culturales a finales de la década de 1990, la ciborgización de los humanos modernos está avanzando a toda velocidad. La tecnología se acerca más a nuestro cuerpo y piel, prometiendo un 'mejor ser humano' al tiempo que nos hace depender de nuevos dispositivos, lo que otorga a la tecnología un acceso sin precedentes a las acciones y relaciones de nuestra vida diaria. Por lo tanto, es crucial implementar medidas de seguridad para proteger la privacidad individual y prevenir el posible uso indebido de la tecnología. Además, debemos tener en cuenta los posibles efectos del uso del cuerpo humano como herramienta de autenticación digital, incluyendo el riesgo de disminuir la autonomía y la agencia humana.


Vivimos en una época en la que se habla y se escucha a menudo que las máquinas y la inteligencia artificial cambiarán el mundo para siempre. Sin embargo, debido a esto, es necesario recordar que la materialización física a través de nuestro cuerpo hace que la inteligencia humana sea difícil de replicar.


Debemos ser más instintivos y menos intelectuales, y salir al mundo a experimentar más con nuestro cuerpo y sentidos. Al hacerlo, podremos reconocer la singularidad del cuerpo humano en un mundo cada vez más digitalizado y comprender mejor nuestra propia importancia como seres humanos.



*Este artículo es la versión original del contenido publicado el 8 de mayo de 2023 en la columna firmada en el periódico electrónico.


Referencias


El poder de no pensar⁠⁠⁠⁠⁠⁠⁠

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